martes, 6 de enero de 2015

La ilusión de los Reyes Magos

Por Esteban G. Santana Cabrera

Los Reyes Magos ya Llegaron para cumplir la ilusión y los deseos de grandes y pequeños. Uno de los días más esperados del año que a mucha gente se le atraganta porque se ha convertido en muchos casos en una fiesta de derroche y consumismo. Muchos de nuestros mayores recuerdan la noche de Reyes, cuando les ponían una naranja, una bolsita con pasas, chufas y poco más porque era gente pobre y no tenían para más. El Día de Reyes de hace unos años eran reyes de patineta o bicicleta y alguna golosina, una muñeca de trapo o una “rasqueta”, de esas que dan vueltas y hacen ruido y con la que se recorría el barrio o el pueblo haciéndose notar.


Los niños de antes esperaban el Día de Reyes con ilusión, aunque ésta se transformaba en decepción y lágrimas al ver que otros tenían regalos y a ellos no les llegaba nada.

La muñeca y el balón eran y siguen siendo el juguete preferido de los y las pequeñas para emular a sus ídolos, para, antiguamente jugar en la plaza, la carretera o alguno de los muchos estanques que había o en la actualidad para lucir las mejores galas de los grandes del fútbol español o para sacar las muñecas a la calle.


La imaginación de antes se ha ido perdiendo. Los juguetes, la mayoría de las veces eran artesanales como los barcos de lata al que le ponían una vela o el tronco de una palma. También se usaba el “caballito” que consistía en una caña con un hilo amarrado por las piernas, el que lo llevaba se daba un par de “tortas en el culo” y salía corriendo. Para frenar imitaban un relincho y hasta dejaban el caballo amarrado. Y qué decir de los carretones, tiraderas, trompos y boliches.



La ilusión antes y ahora siempre ha estado presente, los zapatos nunca han dejado de ponerse, aún a sabiendas que los Reyes unas veces vienen más o menos cargados de
juguetes o cosas, dependiendo a la casa a donde vayan. Vivamos con ilusión, grandes y pequeños el Día de Reyes, y no dejemos morir a ese niño que llevamos dentro con el consumismo más despiadado y que sea ésta una oportunidad para la solidaridad y contribuir a que niños y mayores también puedan vivir este día único en el año con ilusión y esperanza.

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